lunes, 28 de diciembre de 2009

Cómo le quitan su dinero sin que se de cuenta

Muchos de nosotros no sabemos cuanto gastamos realmente en los servicios, tampoco nos fijamos cuanto nos cobran por acceder a un servicio en especial de los bancos por falta de conocimientos en asuntos porcentuales, tasas de interés, moras, etc. Las personas comunes no saben cuanto en realidad les cobran por un servicio y el banco saca provecho de este asunto poniéndolos tasas o montos indebidos que muchas veces son exagerados.

Ante esta situación de robo frecuente por parte de los bancos, conozca como es que le roban su dinero sin que se de cuenta, dinero que usted gana con su esfuerzo diario y que otros se lo llevan fácilmente. lea el informe
Saber cuánto le cuesta su dinero y cuánto gana en cada actividad. Es la forma más efectiva para optimizar sus finanzas.
En general, la población desconoce cuánto paga en términos porcentuales por los servicios, en especial los financieros. Diferentes razones influyen en su desconocimiento. Una de ellas es que el perfil profesional o el nivel de educación de los individuos no les permite acercarse a un resultado cuantitativo.
Otra razón es que de todas maneras, el valor o el costo se encuentran establecidos y nada o casi nada se puede hacer. Ni el chapulín puede defendernos. Ejemplos son los créditos de consumo, las operaciones realizadas con tarjetas débito en los cajeros, los costos por los servicios de chequera, transferencias, vivienda, tarjeta de crédito, teléfonos celulares, las pensiones y las cesantías, entre otros.

Hace rato se habla de lo oneroso de los servicios financieros para los clientes. Algunos columnistas ponen el grito en el cielo, pero hasta ahora no hay una respuesta concreta. Solo comisiones que estudian el tema y dilatan la solución a los problemas. Quiénes protegen a los usuarios de los servicios. Las ligas de consumidores, el gobierno por medio de superintendencias u otras entidades.

Algunas instituciones dan a conocer a los clientes cuáles son las rentabilidades y los costos de las distintas operaciones. Básicamente, la rentabilidad y el costo se cuantifican de la misma manera y la diferencia estriba de qué lado se mira la operación. La rentabilidad es lo que gana un individuo de la suma que invierte y el costo es lo que paga de la cantidad que recibe. Por ejemplo, si usted recibe $100.000 en un año por una inversión de $1.000.000, su rentabilidad fue del 10% (100.000/1.000.000). Inversamente, si paga por un crédito $90.000 y recibe $910.000, el costo fue de 9,9% (90.000/910.000). Para ambos casos, la tasa de interés o el costo, puede darse en un mes, trimestre, semestre o año.

Algunas de las rentabilidades que proporcionan los ahorros y algunas inversiones son fáciles de calcular. Por ejemplo, las inversiones que usted hace en cuentas de ahorro no cubren la inflación y dan comienzo a la pérdida de su poder adquisitivo. Claro que no debe olvidar los beneficios. Otras, por su complejidad, no se encuentran al alcance de la mayoría de la población; otras definitivamente se asemejan más a la futurología o es difícil computarlas.

¿Qué pasa con los costos? Podemos mencionar los costos en que el usuario incurre permanentemente por las transacciones financieras. Veamos algunos:
· Las tasas de interés que cobran algunas instituciones están en el límite de la usura. 32,88%. Una pregunta que puede hacerse el usuario es ¿a costa de quién debe ganar más del 32,88% para pagar el crédito a una institución financiera? Las instituciones que cobran estas tasas piensan que es mejor tener un cliente moroso que tener uno que pague bien. Obviamente, que el cliente pague una tasa de usura es muy bueno para ellos.
· Si el usuario realiza los retiros de dinero con una tarjeta débito en cajeros automáticos en la institución financiera donde tiene su cuenta corriente o de ahorros, el servicio es gratuito. Algunas instituciones tienen un límite de retiros. Sin embargo, si por necesidad lo realiza en un cajero que no pertenece a la institución financiera, tiene costos adicionales. Ejemplo de ello son los retiros en cajeros pertenecientes a otras redes bancarias que en algunos casos cobran $4.000 o más por transacción. Si utilizar un cajero automático cuesta $4.000, a una persona que retira $200.000, esta operación le ocasiona un costo, calculado elementalmente, del 2% (4.000/200.000). Obviamente, si el retiro es por una cantidad menor, el costo es mayor y si es recurrente en esta operación, solo el análisis detallado de la operación indicará el costo mensual o anual equivalente que paga el individuo. Lo cierto es que lesiona cualquier ingreso. Solamente será cómodo para las personas que realicen movimientos por valores mayores que reduzcan consecuentemente los costos de comisión (hasta donde los límites de retiro definidos por la institución lo permitan).

¿Cuántos conocen su costo? El ciudadano debe ser muy cuidadoso en la utilización de este recurso impulsado por la tecnología y promovido por las instituciones financieras. Si no lo hace, se verá desplumado sin darse cuenta.
La tecnología busca facilitar y disminuir los costos de las operaciones. En nuestro país, resulta en altas reducciones del ingreso de los clientes.

· Otro ejemplo ocurre cuando le consignan por sus ventas dinero en otra plaza y la institución le cobra $8.400 por los costos en que ella incurre. Por ejemplo, si una empresa vende un producto en el mercado nacional por $100.000, su costo será del 8,4% (8.400/100.000) y deberá incrementar su precio en ese valor para no afectar su ganancia. Paga entonces el consumidor, gana la institución y se dice que el empresario aumenta el costo de vida. Si un padre de familia le consigna la mensualidad a su hijo, debe tener en cuenta este costo. El hijo al retirar el dinero enviado por sus padres debe ser cuidadoso para administrarlo.

Lo anterior lleva a una reflexión: el menor costo para los mayores movimientos y el mayor costo para los menores valores. Un elemento que aducen nuestras instituciones para el cobro de altos costos es que en otras economías el valor es alto y al fin y al cabo se presta un servicio (muy bueno). Es cierto, pero también lo es que el salario mínimo o el poder adquisitivo en los países desarrollados con los que se compara es muchísimo mayor. Lo mismo se aduce, por ejemplo, para los combustibles y otros servicios que al realizar la proporción se salen de toda razón. Esperemos que los encargados de los ajustes no pierdan esa proporción.

¿Por qué no se cobran unas tasas dependiendo de los valores transados? De esta manera, los individuos podrán planificar mejor sus finanzas, cuidar más su dinero y tener en cuenta los pagos por los servicios que reciben. Después volveremos sobre otros costos.

Ivan Alvarez Piedrahita

Autor del libro Finanzas Estratégicas y Creación de Valor
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